domingo, 17 de octubre de 2010

EL ORFEBRE ES EL ORO

Aproximación a una tristeza

Yo no cambiaría un fragmento del cielo de Frailes por el agua que apagara esta sed de muerte. Aún si en mis manos estuviera detener el paso apresurado de cualquiera de sus infinitos riachuelos, haciéndolo similar a un cuerpo enredado de batatilla, para bebérmelo, no lo haría. Prefiero el fuego que dentro de mí es un genocida de todos los recuerdos habidos y por haber: ya no recuerdo nada, ya no podré jamás recordar nada. Prefiero la muerte que estrechar las manos de quienes me capturaron; la mendicidad que la fama, la gloria que estriba en morir en el cuerpo de una mujer de estas tierras, que la gloria mezquina del reconocimiento y que es otorgada por el poder sobre mis hermanos.

Mis días están contados, apenas tengo la contemplación de la guadua extendida desde mis ojos hasta lo incolumbrable, las serpientes líquidas que nacen a sus pies y que se pierden como si persiguieran el sur con el fin de comérselo en los montes entrañados, las cuales, como dije no hace mucho, me rehúso a beber. Soy capaz, además, de oler anticipadamente los disparos que me fusilarán. Oigo de antemano cómo revientan los arcabuces, sé el color de los ojos de algunos soldados. Lo sé todo, míos son los espejos del tiempo. Podría pararme ante ellos y escupir el huracán del fuego que soy matándolos y matando en ellos la angustia de mi pueblo, sin embargo no tengo ya una razón para vivir. ¿No sabes que soy un sobreviviente entre la podredumbre de los cuerpos de quienes amo?

Voy a cerrar los ojos, voy a apretar mis manos eléctricas para contener una catástrofe universal, voy negar mi esencia, voy a mirar los cafetales intrusos sin escupirlos, miraré las grandes industrias sin poner mi pie sobre ellas, veré los rostros de los desconocidos que habitarán mis praderas sin maldecirlos; caminaré en silencio por el pasillo que lleve a mi fusilamiento; como dije, prefiero la muerte, pero, como el orfebre es el oro, sé que no podré morir como mueren los humanos. Me han de disparar, lo veo. Estar en esta situación es patético. Todos los Putamaes estuviesen de acuerdo en que su señor pensaría que el cielo de Frailes sólo es comparable a una mujer de batatilla, por lo cual, aunque sea sólo la liquidez que lo salvara del precipicio, no se puede beber. El cielo de Frailes es el agua acendrada por los dioses con la única finalidad de lavar las sagradas manos de los primeros Quimbayas. Me dejo caer en la vaguedad de mi suerte fulminante, y muerdo el fuego enloquecido.


Por: Albeiro Guiral

domingo, 19 de septiembre de 2010

LA RUTA DE LOS VENADOS... EL CAMINO DEL SUR



Nuestra historia no ha sido hecha con la cabeza, diríamos mejor que la hemos hecho de cabezas, enseñando los genitales al querido público – en algunos casos se carece de éstos-. Nuestra historia empezó con una equivocación y no ha perdido su rumbo. Quizá los asiáticos que cruzaron probablemente el hielo hasta el sur de América sean prototipos únicos de inteligencia, por que los españoles, perdón echémosle toda la culpa en esta ocasión a Colón que era italiano, con la ansiedad de llegar a la India llegaron a las indias, del mismo modo en que unos señores de Rio negro, Fermín López y arriería Ltda, llegaron no muy lejos del patio de su casa, es decir lo que hoy se conoce como Dosquebradas y antaño era un corregimiento santarrosano -con todo respeto- a saber que se dirigían a la Gobernación del Cauca. Sucedió que dirigiéndose a Cartago encontraron la ciudad en ruinas –al parecer don Robledo, el Mariscal no sabía de fundar pueblos, apenas era doctor en cortar prepucios y ápices de senos indígenas para aterrorizarlos-. La ciudad no se había ido mas allá, solita como se presumía. La ciudad se cayó por que sus hombres fueron al sur, hagan el ensayo y verán, abandonen su casa y en unos pocos días se caerá como por arte de magia, se morirá de pena moral. Lo que hoy es Cartago no se parece en absoluto a lo que fue por que sencillamente se corrió al norte del Valle. Lo que hoy es Pereira sí se parece sin embargo al Cartago que estuvo debajo de sus simientes cuatroscientos años atrás, porque como se sabe: está en ruinas, es una ciudad que no sale de la iglesia, que todas las decisiones políticas las consulta con la camándula –si hay alguien entre nosotros ahora que sea partidario de Santos se le recomienda que esté al día con las cuotas de la funeraria-; tiene unos pobladores que se creen la mejor arepa paisa, que se jactan de tener un guitarrista de bambuco que no sabía tocar la guitarra y que escribía poemas al maíz, al café, al aguardiente y a la pujanza que son heredades de España –me refiero a la España de entonces, si la de hoy es igual sólo lo saben los inmigrantes que trabajan allá en la prostitución y paseando perros al por mayor o cuidando viejitos, que pesar- y que en su época se compartían en una fonda a lo español: El Pavo.

La ciudad que encontraron los antioqueños en ruinas
se conserva hoy tal cual, en todo su esplendor de musgos y cadáveres coloniales, por el viaducto la reconocerán. Pero no nos salgamos del tema que nos atañe que es la Ruta de los Venados –que por qué la llamaron así, ha de ser porque en los alrededores había muchos osos perezosos- el camino que iba al sur y que se cortó en Dosquebradas. Cuentan los que saben, es decir, los abuelos, los únicos que saben de estas cosas, que después de haber fundado tantos corregimiento a diestra y a siniestra bajo las faldas de “Kumanday” –el Ruiz- y de desplazar a los pocos nietos de Chinchiná, que después de presumir que ya el tabaco estaba próximo acabarse y eso sí era una tragedia, llegaron a Santa Rosa, hicieron un corral para cada animal: con guadua para las gallinas. Los marranos, los caballos, y uno más sofisticado, con bahareque, allá arriba para los Frailes, La Apostólica.


miércoles, 18 de agosto de 2010

FRAILES ARTE



Colectivo Cultural que promueve la cultura a través del arte en Frailes, hace varios años hace actividades en este sector; lo hacen por que la cultura es de todos y para todos, por la necesidad cada vez mayor de compartir como hermanos en un lugar cada vez mas distante...